Kabuk era un perro más. Uno de tantos que fue abandonado en la perrera de Jaén. Hablo en pasado porque Kabuk ya no existe. Su vida ha sido destruida a manos de un veterinario que lo ha eutanasiado para encubrir un acto ilegal que él mismo cometió.
Kibuk |
Curiosamente, lo mató una persona que, supuestamente, estudió para salvar vidas y ha acabado dedicándose a quitarlas. Este hombre, es un hombre sin escrúpulos y, evidentemente, sin corazón.
Según la legislación española, los veterinarios que pongan un chip, están obligados a registrar los datos del dueño en la base de datos de animales de compañía. Si no lo hacen, incurren en un acto ilegal y por tanto denunciable. Sin embargo, esto fue lo que esta persona hizo. Puso un chip a un Kibuk, pero no lo registró en la base de datos.
Por cuestiones de la vida, este cachorro acabó en la perrera de Jaén. La organización ABYDA pudo comprobar que los datos de este chip estaban sin grabar. Y este hombre entró en la perrera, mintiendo, diciendo que quería recuperar a su perro. Kabuk confió en él, porque este cachorro era un corazón con cuatro patas. Era un pobre cachorrito de seis meses que aún no conocía los límites de la maldad humana. Y este pobre inocente, fue eutanasiado por este veterinario que sólo pretendía ocultar aquello por lo que podía ser denunciado.
Está claro que para esta persona su reputación como veterinario era más importante que la vida de Kibuk. Por eso queremos denunciar desde aquí este hecho, para que nunca más vuelva a suceder.
La familia de Kabuk no puede creer que en España se arranquen vidas tan impunemente. Y nosotros no sabemos cómo explicar que en nuestro país hay veterinarios que no valoran la vida de los animales. La asociación ABYDA ya ha presentado denuncia en el colegio de veterinarios ya que por lo visto no es la única irregularidad cometida por este individuo que entre otras cosas se dedica a hacer visitas y eutanasias a domicilio, por no disponer de consulta.
La familia de Kabuk no puede creer que en España se arranquen vidas tan impunemente. Y nosotros no sabemos cómo explicar que en nuestro país hay veterinarios que no valoran la vida de los animales. La asociación ABYDA ya ha presentado denuncia en el colegio de veterinarios ya que por lo visto no es la única irregularidad cometida por este individuo que entre otras cosas se dedica a hacer visitas y eutanasias a domicilio, por no disponer de consulta.
Quien es este (veterinario)?? queremos saberlo, que recojamos firmas
ResponderEliminarLa historia es muy triste, pero afirmar que los veterinarios (en general), no valoran la vida de los animales me parece una barbaridad, y me ofende.
ResponderEliminarAnonimo, donde afirma que los veterinarios (en general)?
ResponderEliminarYo leo "algunos veterinarios" y me consta que algunos veterinarios entre otras cosas, se prestan a eutanasiar a animales jóvenes y sanos, solamente porque así lo deciden sus dueños que se han cansado de ellos.
Creo que debería hacerse publico el nombre de este veterinario
ResponderEliminarHay veterinarios buenos y malos como hay personas buenas y malas.
ResponderEliminarLo que si esta claro es que el nombre y apellido de este señor debe darse a conocer porque no debe tocar a ningún perro.
El hermano de este "señor" es abogado y ha amenazado a la gente de ABYDA con demandarlos si difunden su identidad.
ResponderEliminarPara denunciar hay que tener un motivo y pruebas contra ABYDA, cosa que no tienen. En cambio creo que hay pruebas suficientes para denunciarlo a él. Yo también soy Abogada y va así.
ResponderEliminarConsidero que si no se difunde el nombre de este veterinario muchos inocentes estarán en peligro sin que sus dueños lo sepan.
Desde luego, ABYDA no incurriría en ningún delito si difunde la identidad del veterinario que asesinó (no eutanasió, hablemos con propiedad)al perro,ya que la información es veraz ¿De qué pretenden denunciar a ABYDA? Si lo hacen por injurias se le caen los palos del sombrajo porque sería una denuncia falsa, dado que lo que dice ABYDA es cierto y comprobable.A este tío hay que denunciarlo ante el juzgado por maltrato animal, ante el servicio correspondiente de la comunidad autónoma por infracción administrativa por infringir la ley de protección de animales de la comunidad autónoma correspondiente, y al colegio de veterinarios por infracción del código deontológico. ABYDA, ya sabeis, a ponerse en marcha sin miedo de absurdas amenazas de leguleyos.
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